La ciudad de Oaxaca de Juárez, en México, también estará presente en la IV Feria Tricontinental de Artesanía #FTricontiental [29 oct -6 nov 2016, en el Recinto Ferial de Tenerife] . Con su trazado en damero constituye una excelente muestra del urbanismo colonial español, que le hizo merecedora de adquirir el título de Ciudad Patrimonio Cultural de la Humanidad otorgado por la UNESCO en 1987 junto a Monte Albán, sitio arqueológico muy cercano a esta ciudad.
La solidez y volumen de los edificios del casco histórico de Oaxaca, verdaderas joyas arquitectónicas, atestiguan que su construcción se adaptó desde el siglo XVI a las características sísmicas de la región. Destacan sobre todo los edificios de carácter religioso como la Catedral de Oaxaca o el Ex Convento de Sto. Domingo de Guzmán, convertido en museo regional; iglesias como Ntra. Sra. de la Soledad, San Francisco, San Agustín, San Felipe Neri, San Juan de Dios o el Templo de la Compañía de Jesús, y edificios civiles como el Mercado Benito Juárez, donde disfrutar de la excelente gastronomía de la región o el Teatro Macedonio Alcalá, junto a la edificación civil de la Calle Alcalá.
Con respecto a las tradiciones, una de las festividades más importantes de Oaxaca es la Guelaguetza, un evento en el que participan grupos de cada región del Estado d e Oaxaca presentado cada una lo más valioso de sus tradiciones y herencia cultural a través de danzas, música, canciones y trajes típicos.
En cuanto a Artesanía, Oaxaca es conocida por el tallado en madera de alebrijes y estará representada por el matrimonio Jacobo Ángeles y María del Carmen Mendoza artesanos productores de figuras zapotecas talladas en madera llamadas “tonas” y “nahuales”, conocidos mundialmente como alebrijes.
Los alebrijes nacieron con Pedro Linares en la Ciudad de México en la primera mitad del siglo XX. Cartonero de profesión, los alebrijes son una artesanía hecha en cartón y papel maché, con una base de alambre, sobre la que Pedro Linares pintaba en colores alegres y vibrantes, y que destaca por los motivos que representaba, seres como quimeras a la mexicana: burros con alas de mariposa, gallos con cuernos de toro, leones con cabeza de águila o de perro,…
Años después, en Oaxaca, donde el tallado de la madera era un oficio complementario a la labor del campo, se comenzaron a tallar estas figuras en madera de copal y a pintarlas con anilinas, haciendo suyos los antiguos modelos y creando a partir de ellos otros originales nunca usados antes, a los que la gente comenzó a llamar “alebrijes de Oaxaca”. Fue tanto el éxito que tuvieron, que familias enteras comenzaron a dedicarse a la producción de dichas criaturas. Manuel Jiménez Ramírez, originario de la región de Oaxaca, es considerado el creador de los alebrijes oaxaqueños. A él se le debe la introducción en sus piezas del concepto de nahual.
El nahual en la cultura mexicana representa a un animal fusionado con el ser humano. El nahual es el protector, el que define la personalidad dependiendo del año y el día en que se nace. Mientras que los tonas son los animales que representan el calendario zapoteco, de los que hay 20.
En el Estado de Oaxaca, son muchas las familias que en la actualidad se dedican a la labor artesanal de producir alebrijes, estas fantásticas criaturas, que tienen su origen en la piezas, en madera y piedra, producidas por los ancestros oaxaqueños que tallaron los “tonas”.
Entre esas familias se encuentra este matrimonio de artesanos, de reconocido prestigio internacional, que utiliza para sus piezas la iconografía mixteca-zapoteca, en un estilo único que han desarrollado a lo largo de los años, con el objetivo de dar a conocer su cultura indígena a partir de las figuras que crean.
Han fundado una escuela taller que genera empleos a más de 100 colaboradores que laboran en diferentes áreas: tallado, resanado, pintado, administración y ventas, con edades comprendidas entre 15 y 70 años. Una comunidad que se esfuerza todos los días por ser los mejores en su campo, donde todos los que conforman el equipo de trabajo tienen la oportunidad de desarrollarse y aprender todas las técnicas artesanales de producción de figuras zapotecas talladas en madera. Un taller donde se hacen constantemente propuestas nuevas en tallado y decoración, en las que plasman su imaginación y creatividad.
El labrado de la madera de copal (Bursera cuneata) siempre estuvo presente en estas zonas geográficas mesoamericanas. Esta planta, originaria de América del Sur es utilizada también como incienso por las sustancias aromáticas que contiene, formando parte de la tradición autóctona mexicana. Como se trata de un material muy tierno, recién cortado y todavía verde es muy fácil de esculpir, y de hecho se lo trabaja con machete y con simples cuchillos de cocina, siguiendo siempre la forma original sugerida por la misma madera; además de ese material y debido a la fuerte deforestación, los artesanos han recurrido para tallar al Sabino, Guayabo, Huizache y otras maderas como el pino, el ocote y el cedro.
El taller de Jacobo y María se ha convertido en el rescatador de los “tonas” y “nahuales” tallados en madera y decorados con motivos prehispánicos, que son conocidos por el mundo entero como Alebrijes.